Las inundaciones en la zona baja del barrio San Rafael, y parte de San Agustín, son cíclicas. Cada vez que sube las aguas del río Paraná ocurre. El mencionado cauce hídrico represa el arroyo Acaray-mí, que sube de nivel y comienza a anegar a las viviendas que están en la ribera y la barranca del mismo. Es un problema que existe a décadas, y que dos veces se trato de solucionar, pero la historia se vuelve a repetir. Abajo una selección de fotos muestra como esta la situación actualmente allí.
La canoa es el medio de transporte. Se usa para cruzar de un lado al otro del barrio que queda divido. Esto es para acordar distancia, por que hay caminos alternativos que están en buenas condiciones, asfaltados, que pueden será usados. El uso de las embarcaciones es solo para acortar la distancia.
Son las mismas casas, las que son afectada cada vez que se desborda el arroyo Acaray-mí. Son los mismos problemas de siempre. Las inundaciones son cíclicas y por eso inclusive la Itaipú ya sabe cuantas personas serán afectadas cada vez que sube el nivel del río Paraná, frente a Ciudad del Este.
La infraestructura que existe en el barrio San Rafael es muy precaria. Existe un terrible hacinamiento, y no poseen los servicios básicos. Todo el barrio esta en una inmensa barranca donde las construcciones de las casas muchas veces se hacen desafiando la propia física.
La basura es un problema de siempre, y al igual que la inundación se repite sin que los pobladores tomen conciencia. Por las angostas calles del barrio no pueden circular muchos camiones para recoger los residuos domiciliarios que van a parar en el cauce del arroyo Acarya-mí.