La excesiva burocracia y lentitud en la aduana argentina, frontera con el Brasil, está espantando a los turistas de Puerto Yguazú. La citada ciudad argentina en la zona de la triple frontera resulta cara para los propios visitantes argentinos, y muchos de ellos cruzan al Brasil para hospedarse. Y llegan a Ciudad del Este para realizar compras. Esta desventaja económica empeora debido a las trabas en Migraciones de la Argentina. Por eso vienen realizando manifestaciones.
A pocos días de arrancar las vacaciones de invierno, taxistas, remiseros, choferes de kombis y otros transportistas realizaron una manifestación en la cabecera del puente internacional Tancredo Neves en reclamo de medidas para agilizar ese paso fronterizo, el 2° más importante del país detrás del aeropuerto de Ezeiza.
El reclamo apunta fundamentalmente a los engorrosos trámites de Migraciones, que demoran las filas de autos y provocan esperas de tres horas o más, desalentando a muchos turistas a cruzar desde Brasil.
En la Triple Frontera, Paraguay y Brasil no realizan controles migratorios para el tránsito fronterizo y de turistas.
Pero la Argentina sí los exige, en una modalidad que genera un contraste cada vez más chocante para los visitantes, ya que ocasiona esperas a las que no están acostumbrados los brasileños o paraguayos.
Resignados a que nunca se implementarán las medidas de fondo que equiparen las asimetrías fronterizas y burocráticas con Paraguay y Brasil, los empresarios y trabajadores del turismo piden recurrentemente a las autoridades que tomen medidas urgentes para al menos agilizar el paso fronterizo.
El retraso cambiario ha generado una significativa merma en la llegada de visitantes a Puerto Iguazú, tanto de argentinos como de extranjeros. El motivo es sencillo: esta política cambiaria encarece nuestro país y abarata a Brasil.
Hoy muchos argentinos aterrizan en el aeropuerto Carlos Krause y cruzan inmediatamente a los hoteles de Foz, a mitad de precio o menos en establecimientos de similar o mayor calidad.
“Con el dólar barato conviene ir a Brasil, pero nosotros tenemos una oportunidad todavía en trabajar con los argentinos que van a un hotel allá, llevarlos desde el aeropuerto; por los convenios nos permiten trabajar allá unos días”, explicó Fredy Ríos, uno de los referentes de los taxistas de Iguazú.
Según explicaron, en el puente Tancredo Neves tiene 36 cabinas de Migraciones para salir y otras tantas para el ingreso al país.
Luego de realizar el trámite de migraciones, se realiza la revisión de la aduana, aunque los controles son aleatorios y no provocan esperas, más allá de que cada determinada cantidad de automovilistas se hacen revisiones exhaustivas.
“Nos cuentan empleados de Migraciones que a veces solamente funcionan 5 o 6 de las 36 cabinas habilitadas. A esto se suma que la tecnología es obsoleta y puede darse que haya apenas cinco autos esperando para cruzar por una cabina, lo cual no debería demandar mucho tiempo, pero la demora termina siendo de media hora”, explicó Jorge Antonio, empresario gastronómico y exgerente del Hotel Sheraton.
Sin embargo, Foz de Yguazú está a punto de poner en marcha multimillonarias inversiones en turismo y se espera una explosión de ese destino.
El reclamo de hoteleros, gastronómicos y transportistas, cada vez más, tiene que ver con permitir que los controles se agilicen para poder recibir parte de ese “derrame” de brasileños.
“En Puerto Iguazú tenemos atractivos para una parte de los brasileños que van a Foz y quieren cruzar, pero ellos no están dispuestos a esperar tres horas de ida y tres horas de vuelta en el puente, así se pierden oportunidades, nos quitan la posibilidad de trabajar”, señaló Jorge Antonio.