El fenómeno climatológico «La Niña» traerá consigo uno de los inviernos mas crudos de los últimos 23 años. La agencia meteorológica METSUL especializada en fenómenos climatológicos pronostica una temporada no vista hace muchos años que traerá consigo jornadas de frío intenso.
El invierno meteorológico (trimestre de junio a agosto) se inicia bajo la influencia del fenómeno de La Niña, que rara vez se ha presentado en las últimas décadas debido a que el fenómeno de enfriamiento de las aguas del Océano Pacífico Ecuatorial normalmente finaliza durante el otoño después de unos pocos meses y no continúa en la estación fría del año en el Hemisferio Sur.
Según datos del boletín semanal de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de EE. UU., la anomalía de la temperatura superficial del mar (TSM) en el Océano Pacífico Ecuatorial Central, la denominada región Niño 3.4, se encuentra en -0,9ºC. Esta es la región utilizada para clasificar si hay El Niño o La Niña y, por lo tanto, la más observada en climatología.
El valor de -0,9ºC observado se encuentra en el rango de intensidad débil (-0,5ºC a -0,9ºC) e intensidad moderada para La Niña, que va de -1,0ºC a -1,4ºC. En un contexto histórico muy relevante, el valor de -0,9ºC en la región principal del Niño es el más bajo observado en la primera semana de junio, que marca el inicio del invierno y verano meteorológicos en los Hemisferios Sur y Norte, en 23 años.
El comportamiento del actual evento de La Niña va más allá de lo que habitualmente se observa. El episodio que comenzó en agosto del año pasado normalmente alcanza su máxima intensidad entre finales de año y principios del año siguiente. Posteriormente, comienza a perder intensidad y, por regla general, se produce una transición a la neutralidad en el otoño del año siguiente. Esto no es lo que sucede en 2022. La Niña recuperó fuerza en otoño y hacía mucho tiempo que el Pacífico no estaba tan frío en la región ecuatorial en esta época del año.
El fenómeno seguirá actuando en el invierno y tiende a llegar a la primavera y quizás al verano de 2023 en el Hemisferio Sur. Los datos sobre el otoño han aumentado las probabilidades de La Niña a finales de este año. En cuanto al verano de 2023, aunque no se puede descartar que persista, es demasiado pronto para hacer previsiones más fiables porque aún se encuentra en el intervalo entre marzo y junio que todos los años se denomina la “barrera de la previsibilidad”. (Lea más: METSUL)