Cerro Porteño sufrió una de las derrotas más humillantes de toda su historia en Copa Libertadores, cayendo en La Nueva Olla por 0-4 ante el Bolívar de La Paz, jugando un partido pésimo, displicente y con casi todo un equipo que dio la impresión de ni siquiera estar interesado en la importancia del compromiso que estaba disputando. Con esta dura derrota, la clasificación del Ciclón a Octavos se puso muy cuesta arriba.
La “Savaneta” nunca entendió, ni siquiera luego de aquella humillación que representó el 5-0 ante Libertad, que el problema de la contención debía ser solucionado cuanto antes, pero al parecer las victorias enceguecían al cuerpo técnico azulgrana, haciendo que este no se diera cuenta de que solo era cuestión de tiempo para que dicho problema lleve a un golpe aún más duro.
Pues fue Bolívar al que le tocó aprovecharse de esto, ya que los tres goles del primer tiempo, el de Gabriel Villamil a los 18 minutos, el tanto en contra de Robert Piris Da Motta a los 23, y el de Bejarano a los 25, nacieron de la facilidad del equipo boliviano para prácticamente penetrar sin ninguna resistencia el medio campo del Ciclón para, ante una nula reacción de la defensa, generar chances que se convertirían en goleada en menos de 10 minutos.
Pero por si eso fuera poco, la actitud de los jugadores de Cerro durante toda la primera mitad fue cuanto menos cuestionable, con un Claudio Aquino que parecía no estar del todo comprometido con lo importante del partido que se estaba disputando, un medio sector que simplemente parecía un colador que no frenaba a ningún jugador rival, un fondo que era más de esto mismo, y una delantera que prácticamente no pateó al arco durante toda esta primera fracción.
Para que no quedaran dudas de que los jugadores azulgranas sencillamente no estaban en sintonía con nada en el partido, Patricio Rodríguez a los 48 minutos, de la misma manera en que los anteriores goles habían llegado, ponía el 0-4 y dejaba a los miles de cerristas presentes en Barrio Obrero, preguntándose si acaso a sus jugadores les importaba cuanto menos intentar seguir jugando.
El resto del segundo tiempo fue más de lo mismo, con un Cerro Porteño que siguió igual de impreciso y sin actitud, llegando a parecer por momentos que simplemente los que vestían la azulgrana querían que se acabe el choque. Para colmo, el ingreso de Braian Samudio, quien ya se convirtió en un resistido por la afición, no arregló nada, como muchos hinchas esperaban, a la par que el “Colorado” decidía sacar al Pachi Carrizo, de los más fundamentales en el plantel, prefiriendo dejar en la cancha a Claudio Aquino, quien como se señaló más arriba, no demostró ningún compromiso con la importancia del juego de hoy.
Al llegar el pitazo final, se terminó de construir un contexto a futuro en el cual Cerro ahora se verá obligado a derrotar al poderoso Palmeiras en la Olla, y al mismo Bolívar en la siempre peligrosa altura de La Paz, esto solo para poder seguir contando con chances de pasar a Octavos de Final de esta Copa Libertadores 2023. (✍Radio 1000)