El espionaje al Gobierno de Paraguay era secreto de Estado en Brasil y debió ser mantenido así. El hecho fue revelado mediante una investigación de la Policía Federal sobre un esquema paralelo de espionaje e inteligencia en la Agencia Brasileña de Información (ABIN), que se instaló clandestinamente durante el gobierno de Jair Bolsonaro, inicialmente a espiar a adversarios del exmandatario. Ahora se desató una crisis entre la inteligencia y el principal organismo de seguridad del país vecino y, para empeorar, ambos organismos están a cargo de personas de la extrema confianza del presidente Luiz Inácio Lula Da Silva.
El actual director de la ABIN, Luís Fernando Corrêa, fue el director de la Policía Federal durante el segundo mandato de Lula. El actual director de la Policía Federal es Andrei Augusto Passos Rodrigues, quien fue el jefe de la seguridad de Lula en su segundo mandato. Ambos son considerados personas de la extrema confianza de Lula; en su segundo mandato trabajaron juntos, pero ahora están distanciados y en conflicto por la revelación del espionaje al gobierno paraguayo. Lula deberá dar un corte al problema.
La Policía Federal investiga la instalación de un esquema paralelo, clandestino, en la ABIN, que espió a opositores al expresidente brasileño y al gobierno de Paraguay.
La Policía Federal con orden judicial consiguió que el actual director de la ABIN vaya a declarar, y los hizo el jueves 17.

Luís Fernando Corrêa
El actual titular de la ABIN dijo que el gobierno de Lula fue advertido de que la investigación de la Policía Federal sobre la Agencia Brasileña de Inteligencia o Información (Abin) podría ir más allá de su propósito inicial y acabar revelando secretos de Estado.
El secreto de Estado era el espionaje al Gobierno paraguayo, que no debió ser revelado debido a que podría crear una crisis diplomática, que de hecho creó.
Esto es exactamente lo que ocurrió con la filtración de información de que Brasil había espiado a las autoridades paraguayas, información que no estaba relacionada con el foco de la investigación, dijo el jefe de la ABIN.
El 26 de enero de 2024, cuando la PF notificó una orden de registro e incautación en la agencia, el actual director general de Abin, Luís Fernando Corrêa (que, en ese momento, estaba nominado para el cargo, pero aún no había sido aprobado por el Senado), fue al Palacio de Planalto y se reunió dos veces con el ministro de la Casa Civil, Rui Costa.
La Casa Civil es el gabinete presidencial.

Andrei Augusto Passos Rodrigues
Corrêa denunció que el Policía Federal estaba promoviendo una tergiversación criminal de los hechos para atentar contra él. Advirtió de que los agentes se habían llevado material sin relación con la investigación y que ello podía dar lugar a la filtración de secretos de Estado, métodos e identidades de agentes de inteligencia.
La investigación sobre la existencia de una ABIN paralela, clandestina, fue instaurada para investigar si el exdirector Alexandre Ramagem utilizó la agencia para espiar a opositores al gobierno de Bolsonaro con la herramienta First Mile.
En una de las declaraciones, se preguntó a un oficial de inteligencia sobre otros dos sistemas incautados durante los registros: Cobalt Strike y LTE Sniffer.
El oficial respondió que Cobalt Strike fue utilizado para desarrollar un artefacto de intrusión en computadoras del gobierno paraguayo, con el objetivo de obtener datos relacionados con la negociación bilateral de Itaipú, más específicamente, las cantidades de electricidad vendidas a Brasil, un tema sensible para la seguridad energética nacional de Brasil.
La operación había sido autorizada para obtener las cifras que serían negociadas en el Anexo C del tratado de Itaipú, y dijo que el Congreso, el Senado, la Cámara de Diputados y la Presidencia de la República de Paraguay habían sido hackeados.
Como se puede ver, el gobierno Lula supo sobre el espionaje al gobierno de Paraguay mucho antes de que la información se haya filtrado a los medios de prensa.
Luego del roce diplomático que desembocó en estos, el caso está generando una crisis en la inteligencia brasileña y en el principal organismo de seguridad del país vecino, y quien debe poner fin a todo esto es el presidente Lula, quien hasta el momento no abrió la boca sobre el tema.
¿QUÉ ES COBALT STRIKE?
Cobalt Strike es una herramienta desarrollada para hackers éticos, pero como muchas otras herramientas ofensivas de ciberseguridad, ha caído en las manos equivocadas. Esta potente plataforma de ataque de red combina ingeniería social, herramientas de acceso no autorizado, ofuscación de patrones de red y un sofisticado mecanismo para implementar código ejecutable malicioso en sistemas comprometidos. Ahora, los atacantes pueden usarla para lanzar ataques de amenazas persistentes avanzadas (APT) contra su organización.