Más de 2 mil camiones están parados en la frontera esperando ser liberados por la Receita Federal, en Foz do Iguaçu, en el Estado de Paraná. La fila, en el llamado Puerto Seco, es consecuencia de la huelga de los auditores fiscales.
Los exportadores e importadores paraguayos son los más perjudicados por esta antipática medida de los brasileños.
Según el Sindicato de las Empresas de Transporte Internacional de Foz do Iguaçu (SindiFoz), son 850 camiones en el patio de la Receita Federal y, al menos, 1.300 en el exterior (Paraguay y Argentina).
Las cargas vivas o perecederas tienen prioridad para fiscalización y liberación.
Los auditores están parados desde el 1 de noviembre y por eso, según el Sindicato Nacional de los Auditores de la Receita Federal de Brasil (Sindifisco), todo el trabajo es realizado por apenas el 30% de los servidores.
SindiFoz afirma que el perjuicio llega a unos 8 millones de dólares al día.
«Estamos esperando un tiempo exageradamente grande para la conclusión de los procesos de transporte -entre el embarque, el tránsito de la mercancía, la liberación y la entrega en el punto final o en el sentido inverso cuando se trata de importación», afirmó Parlo Cesar de Melo.
De acuerdo como representante del sindicato, quedarse parado genera costos que no estaban en la planilla inicial.
«Es un proceso de renegociación de costos permanente con aquellos que nos contratan».
El camionero Luciano de Dios reclama que el tiempo gastado en la espera acaba inviabilizando otras entregas.