Por todos los lados se pueden ver las rifas de todo tipo de vehículos. Desde sedan hasta camionetas tuneadas y camiones de gran porte. Pasando por las motos. Pero ¿quién controla esto? Podría ser parte de esquemas de estafas colectivas y hasta de lavado de dinero, de acuerdo a los datos. Los rodados son exhibidos en la vía pública, y son promocionados en las redes sociales. Todos los ven, pero todos los ignoran.
En Brasil hace poco, una investigación de la Policía reveló que estas rifas son parte de un esquema de estafa montadas por organizaciones criminales, y son usadas hasta para el lavado de dinero.
Y en Ciudad del Este y alrededores, ¿qué esconden estas rifas? Quien controla la venta de las boletas, y por sobre todo los sorteos. ¿Alguien conoce a quien haya ganado legalmente alguno de estos vehículos?
Son muchas las preguntas. Pero no hay respuestas.
La presunción de estafa es la que más prende. Uno no sabe la cantidad de boletas que son puestas a la venta. Se desconoce la legalidad y la fiabilidad del sistema de sorteo.
En base a denuncias recibidas, los vehículos que son puestos para el sorteo en realidad ya tienen dueños. O sea, son negociados y la venta de la rifa es para hacer más dinero, pero en realidad es una estafa colectiva.
En otro caso es que muestran a un ganador trucho cuando en realidad el vehículo queda en poder del dueño.
Existen varias otras maniobras para engañar a quienes compran las rifas, con la intención de ganar el premio, pero en realidad son engañados.
Ninguna de las rifas tiene un proceso transparente de acuerdo a lo que pudimos ver. Y todo indica que existe toda una organización detrás de las mismas. Usan a prestanombres y empresas de fachadas para la estafa colectiva.