Uno de los brasileños quien fue reclutado por los terroristas del Hezbollah, y llevado a Beirut dijo que recibía instrucciones vía WhatsApp desde Paraguay, presumiblemente de Ciudad del Este. Le dijeron al mismo si estaba disponible a secuestrar y matar. Todo indica que no hubo acuerdo con el mismo, quien regreso a su país y ahora está detenido. La Policía Federal brasileña desbarató un plan de atentado terrorista en el Brasil, en base a datos de inteligencia de EE.UU. e Israel. Hay cuatro detenidos, y dos prófugos en relación al caso.
De acuerdo a los datos que publican los medios de prensa del Brasil entre ellos G1, el brasileño dijo en su declaración que, el día que iba a viajar al Líbano, recibió 400 dólares de un hombre en São Paulo.
Al llegar a Beirut, le ordenaron que tomara un taxi desde el aeropuerto y se dirigiera directamente a un hotel. Manifestó que las instrucciones fueron enviadas vía WhatsApp desde un número de celular en Paraguay.
Al día siguiente, un hombre lo recogió en el lugar y lo metió en un coche con conductor. Afirmó que, a esta altura, habrían emitido nuevas pautas para una «reunión con el jefe». El sospechoso informó que vio que los dos estaban armados.
Para acudir a este encuentro, el brasileño dijo que tuvo que dejar su celular en el hotel y fue trasladado a un lugar cercano, donde lo registraron y lo metieron dentro de un vehículo con cortinas negras.
Cuando llegó al lugar de la reunión, dijo que vio al jefe, que lo estaba esperando con un guardia de seguridad. A la conversación entre ambos asistió un traductor, que permaneció detrás de una mampara para no ser visto.
Aún según el testimonio, en la conversación, el jefe dijo que el trabajo «no era una actividad limpia» y que necesitaba personas capaces de «matar y secuestrar».
A la Policía Federal, el brasileño denunció que le dijo al jefe de la supuesta organización terrorista que no tenía la capacidad para realizar los actos y que no quería perder el tiempo.
Luego el hombre le habría agradecido su sinceridad y que, durante cinco horas, le diera instrucciones «sobre la vida». Cuando fue dado de alta, recibió 200 dólares.
El brasileño relató que al día siguiente fue llamado nuevamente por su jefe, quien nuevamente le negó el trabajo y que recibió US$ 400. Le ordenaron «recorrer y tomar muchas fotos» para demostrar, de ser necesario, que había ido al Líbano para conocer el país.
Siguió relatando que un hombre lo recogió en el hotel y lo llevó a diferentes puntos de Beirut, con todos los gastos pagados.
Cuando lo llevaron al aeropuerto para regresar a Brasil, el hombre afirmó que le advirtieron que podría sufrir consecuencias muy graves «si los traicionaba».