Es un factor de presión geopolítica, dijo el director de la Policía Federal, Andrei Rodrigues, sobre la conexión entre facciones criminales brasileñas, especialmente el Primer Comando de la Capital (PCC) y el grupo terrorista islámico Hezbolá, en la zona de las Tres Fronteras. Pero nada dijo sobre el supuesto financiamiento a los grupos extremistas islámicos, que es lo que más se denuncia y que tiene su epicentro especialmente entre Ciudad del Este y Foz.
El director general de la Policía Federal (PF), del Este, Andrei Rodrigues, afirmó que las investigaciones no confirman ninguna conexión entre facciones criminales brasileñas y grupos internacionales considerados terroristas en la región de Foz de Yguazú que forma parte de la Triple Frontera con Paraguay y Argentina.
La declaración se realizó el martes 18 durante una sesión de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) del Crimen Organizado, en el Congreso brasileño, que investiga el crimen organizado en territorio brasileño.

Rodrigues respondió a una pregunta del senador Hamilton Mourão (Republicanos-Río Grande Do Sul), quien mencionó antiguas sospechas sobre la presencia de organizaciones consideradas terroristas en la Triple Frontera.
El director general reiteró que esta hipótesis no aparece en las investigaciones llevadas a cabo por la Policía Federal.
«No tengo conocimiento de que haya habido ninguna relación. No basta con que alguien lo diga o lo mencione para que afirmemos categóricamente que existe una conexión entre estos dos fenómenos, ya sea terrorismo o crimen organizado. Por lo tanto, en las investigaciones, de manera concreta, no veo ese escenario», explicó Andrei.
Rodrigues también afirmó que el tema se utiliza como factor de presión geopolítica en el Brasil.
«[Esto] se utiliza a menudo incluso como factor de presión geopolítica, en lo que no vamos a entrar», dijo Andrei Rodrigues.
Según las autoridades estadounidenses, los presuntos financiadores del grupo extremista operarían en la región recaudando fondos mediante el lavado de dinero, el tráfico de drogas, el contrabando y el comercio ilegal de productos de alto valor.
Estados Unidos afirma además que Hezbolá mantiene actividades comerciales en otros países de América Latina, como la construcción civil, la importación y exportación de mercancías y la venta de inmuebles.
Hezbolá, creado en 1982 en el Líbano, es considerado una organización terrorista por Estados Unidos, Reino Unido, Israel y Alemania, al igual que Paraguay, pero no está clasificado como terrorista por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Además de su actuación militar, el grupo también forma parte de la política institucional del país de Oriente Medio.










