La central hidroeléctrica de Itaipú por segundo año consecutivo, en 2022, no volverá a producir los 75 millones de MWh de energía. El mencionado volumen es la denominada energía garantizada, la que tiene la tarifa de 22,60 dólares por kilovatios. Esto significa menos ingreso al Estado paraguayo.
Se estima que este año la generación será mayor que la de 2021, pero es muy inferior a los años anteriores cuando superaba los 90 millones de MW. Hay que recordar que en 2013 llego a producir más de 100 millones de MW.
Se debe entender que tanto el Brasil y el Paraguay contratan potencia. No compran energía producida. Pero la usina debe asegurar la producción anual de 75 millones de MW por año. Esta es la producción que tiene una tarifa de 22,60 dólares por kilovatios, y es la denominada energía garantiza.
Un informe de la Binacional divulgado indica que este año nuevamente no se podrá alcanzar los 75 millones de MW, que es la energía garantiza. Todo esto se debe a la sequía. Abajo lo que dice el informe:
Como la situación hidroenergética de los embalses de la región Sudeste y Centro Oeste del Brasil es más favorable con relación a la observada en 2021, se espera que el caudal regularizado a la Central Hidroeléctrica Itaipu, durante este 2022, no observe valores mínimos como los registrados el año pasado, según el reporte proporcionado por la Superintendencia de Operación de la Dirección Técnica de la Binacional.
Igualmente, el informe señala que se aguarda, durante el segundo semestre, que el agua almacenada en los embalses aguas arriba sea gradualmente enviada a la Central de Itaipu para atender los requisitos de demanda de los sistemas interconectados durante el periodo seco, principalmente en los meses de agosto a octubre.
De este modo, la producción acumulada de la hidroeléctrica binacional esperada para el año 2022 es de aproximadamente 70.500.000 MWh, superior a la registrada el año pasado que fue de 66.369.253 MWh.
El reporte indica además que los principales embalses de almacenamiento aguas arriba de la usina Binacional ya se encuentran en una situación hidrológica mucho más favorable a la registrada en 2021. Estos embalses se encuentran principalmente en la región energética del centro del Brasil, y en la actualidad cuentan con 64,3% de almacenamiento, con relación a los 35,4% para el mismo periodo del año 2021.
Esta información es relevante dado que, históricamente, en promedio, 80% del caudal afluente a la Central de Itaipu depende de la operación de estas centrales y de sus embalses. Sin embargo, la región energética SUR no ha registrado la misma recuperación que las demás regiones y su almacenamiento disminuyó desde inicios de diciembre de 2021 hasta marzo de 2022, refiere el informe.
Añade que, como energéticamente Itaipu se conecta a los subsistemas Sureste y centro oeste, y SUR del Brasil, en la coyuntura energética actual la afluencia regularizada ha sido aumentada gradualmente con el fin de compensar los bajos valores de caudales incrementales a la usina, observada por la escasez de precipitaciones, para favorecer el envío de energía de la Binacional a la región SUR del Brasil, dada su condición hidroenergética.
Además, cabe señalar que, durante estos meses de estiaje, la Binacional ha atendido plenamente los requisitos energéticos demandados diariamente por la ANDE y la Eletrobras, destaca el informe técnico.
Con relación al embalse, puntualiza que como la capacidad de almacenamiento de Itaipu es baja, pues es considerada como una central de pasada, su manejo ha acompañado esta tendencia. “Dado que el periodo húmedo va hasta inicios del mes de abril, el embalse ha sido operado entre las cotas 218,00 y 217,50 metros sobre el nivel del mar, atendiendo los requisitos de demanda de los sistemas interconectados.
La cota normal es de 220.
Igualmente, la Superintendencia de Operación explica que, al operar entre estas cotas, se mantuvo un pequeño volumen de espera, capaz de absorber aumentos en el caudal incremental aguas arriba de la Central que resulten de precipitaciones sobre esta cuenca. Por lo que, finalmente, en el caso de que se configure una situación de crecida, sirva para evitar o minimizar vertidos, permitiendo una mayor flexibilidad.