Sigue generando controversias el obelisco negro que pusieron los masones en el paseo central de la Ruta 02 Py, en su intercepción con la avenida Pioneros del Este o Alejo García, también conocida como “rotonda Oasis”. El monumento fue instalado con la anuencia del intendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto Vallejos, quien es masón, junto Daniel Mujica, quien es el intendente de facto. La obra irregular es atribuida a la Gran Logia Simbólica del Paraguay.
En base a los datos el Obelisco Negro fue construido en el espacio verde vilmente usurpado por las Logias del Valle de Ciudad del Este, que es parte de la Gran Logia Simbólica del Paraguay.
El intendente Prieto se hizo masón luego de haber asumido al cargo y fue a instancia del intendente de facto, el también masón, Daniel Mujica.
En las redes sociales y a través de los medios de prensa existe mucho cuestionamiento al mencionado obelisco, y el real mensaje que el mismo tiene para los ciudadanos y los extranjeros que visitan la ciudad.
El monumento fue habilitado el pasado 12 de mayo de 2024, en un acto que se hizo a las 05:30 de la mañana,
En varias paginas web se indican que es un caso de controversia urbana el obelisco negro, y los masones enfrentan críticas y cuestionamientos por el monumento que ya es conocido como “Monumento de los Prepotentes”.
La construcción, realizada en un espacio verde propiedad del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), y ha suscitado un debate acalorado entre los ciudadanos y la comunidad en general.
En radio Transcontinental de Hernandarias el coordinador Nacional de Laicos, Mario Borjas, ha levantado la voz contra esta acción, tachando la edificación como un acto de prepotencia y violación del espacio público. Sin embargo, lo que más ha llamado la atención es el ensordecedor silencio de la logia masónica frente a las acusaciones y críticas que han surgido en torno al monumento.
Este inesperado mutismo de los masones, conocidos por su tradición de seriedad y transparencia, plantea incógnitas sobre la justificación de la selección del lugar y la falta de explicación sobre la presunta contravención del MOPC. La ausencia de pronunciamientos y aclaraciones por parte de la logia ha dejado a la comunidad desconcertada y exigiendo respuestas.
La transformación del monumento, originalmente concebido como un símbolo de concordia, en una fuente de discordia ha generado un profundo debate sobre ética y transparencia en la construcción de monumentos públicos. Este episodio resalta la importancia de la responsabilidad y la rendición de cuentas en la esfera pública, en especial cuando se involucran entidades con historial de controversia como los masones frente a la Iglesia Católica.
A medida que la polémica perdura, la comunidad espera una pronta y clara explicación de los masones, quienes se encuentran ahora ante el desafío de restaurar la confianza y el respeto en una situación que pone a prueba sus valores y credibilidad.