No hay duda de que la narcopolitica sigue avanzando en el país. Liz Acosta, cartista, podría convertirse en diputada con el antecedente de haber sido condenada por tráfico de cocaína en Brasil, y de haber sido parte de una peligrosa banda de asalta bancos, traficantes, y secuestradores. La misma igualmente se muestra intolerante con la libertad de prensa. Quiso usar a la Justicia para callar las publicaciones sobre su pasado. El elector tiene la decisión.
La candidata colorada a la Cámara de Diputado, Liz Cristina Acosta Brítez, es la representante de la narcopolitica que buscar un lugar en la Cámara Baja del Congreso Nacional.
La misma fue condenada por trafico de cocaína en el Brasil. Para defenderse la misma dividió a la ANR en la zona del Alto Paraná. Ataco a los otros integrantes de su lista de aspirantes a diputados, sin asco.
La misma quiso usar a la Justicia como garrote para que no se publique más sus antecedentes, pero tuvo la respuesta que ella esperaba. La Justicia fallo a favor de la libertad.
Para que los electores la conozcan recordamos sus antecedentes y aquí la transcribimos el informe de la Policía Militar del Estado de Paraná sobre el procedimiento donde Liz Acosta fue presa en Foz, junto a su pareja de la época y su cuñado, dos bandidos con grueso antecedentes.
Esto dice el informe oficial:
El 3 de septiembre de 2003, en una hora no especificada en los expedientes, el sargento César Augusto Foss recibió una comunicación del servicio secreto de la Policía Militar de la ciudad de Foz de Yguazú, informando que individuos con órdenes de arresto emitidas por los tribunales de Foz y São Miguel do Oeste, estado de Santa Caratina-SC, estarían refugiados en el barrio de São Gabriel, en esta ciudad fronteriza, que habían participado, en teoría, en crímenes de robo y secuestro.
A continuación, el agente de policía, junto con los agentes Joarez y Ganski, comenzaron a tomar medidas para detener a los buscados.
Ese mismo día, alrededor de las 11:00 horas vio a dos personas que salían a pie de un domicilio, ubicado en esta ciudad, hacia la parada del autobús, y que, al acercarse a ellos, intentaron huir, pero fueron dominados por estos policías militares.
A continuación, se dirigieron al acusado João Adriano da Cruz, haciendo uso de un documento de identidad falso a nombre de su hermano, también acusado, Vilar Júnior Martins da Cruz, que presentó el documento real, pero con números y fecha de nacimiento diferentes.
También parece que todos (João Adriano, Vilar y la policía militar) fueron a la residencia ubicada en la calle Paulo Stroke, nº 30, barrio São Gabriel, en Foz, cuando los policías encontraron dentro de la casa unos 520g (quinientos veinte gramos) de pasta de cocaína (acta de incautación de fls. 14 y acta de hallazgo de sustancia estupefaciente fls. 20) envasado en una bolsa de plástico.
Esta sustancia es reconocida por la resolución N º 344, 12 de mayo de 1998 de la Secretaría de Vigilancia de la Salud, como capaz de causar dependencia física o psicológica, que João Adriano da Cruz, Vilar Júnior Martins da Cruz y la acusada Liz Cristina Acosta Britez, que estaba en la residencia, tenía guardados de común acuerdo y están en posición de la misma con el propósito de vender.
También consta en los registros que, todavía se encontraba en una de las dependencias de la residencia, US$ 20.400, además de 9.827 reales, 59.000 guaraníes, al igual que monedas venezolana; coreana; peso argentino; moneda angoleña; y peso chileno.
Los acusados fueron detenidos in fraganti por agentes de la Policía Militar y fichados por el Centro de Operaciones Policiales Especiales.
Los policiales ingresaron a la casa sin orden judicial. De esto se valió los abogados de Liz Acosta, para pedir su libertad tras ser condenada. Lo consiguieron y por eso la misma no cumplió su pena, pero caso sigue abierto.