El pastor pedófilo, Carlos Frank Alexander Kublik Silguero, del Centro Familiar Cristiano (CFC), sigue prófugo. La Policía Nacional sugestivamente no encuentra al mismo. Esto se debería a la influencia del pastor principal de la iglesia CFC, Esteban Wiens, quien funge de funcionario de la Gobernación de Alto Paraná y es protegido del gobernador, César Landy Torres. Todo indica que, debido a la influencia de Wiens y Landy, estaría impidiendo que el mencionado pedófilo siga en libertad y las niñas estén en peligro.

Es muy llamativo cómo la Policía Nacional nada hace para detener al pedófilo, quien era pastor del Centro Familiar Cristiano (CFC), en Miga Guazú. El prófugo Carlos Frank Kublik Silguero es un protegido del pastor principal del CFC, Esteban Wiens, quien a su vez es protegido del gobernador, Landy Torres. Basta unir con flecha.
Lo más grave es que no es una sola víctima. Hay varias. Pero hasta el momento, entre dos a tres son las que se animaron a denunciar. El resto no se anima o estarían siendo tapadas por la propia iglesia CFC, de acuerdo a las denuncias.
Wiens lanzó varios comunicados, pero son tibios, no muestra ningún interés en el caso. No asume su responsabilidad. El pastor acusado de pedófilo estaba a su cargo, al igual que la o las niñas abusadas, en un local de dicho centro religioso.
Además, es lamentable que Wiens siga como funcionario municipal después de esto. Y allí sobresale y queda demostrado que el mismo es un protegido de Landy Torres. Él mismo casi no trabaja. Es un planillero, de acuerdo a lo que dijeron los propios funcionarios de la Gobernación de Alto Paraná.
De acuerdo con la denuncia, los abusos se iniciaron con acoso desde que la menor tenía 12 años, con abrazos fuera de lo normal hasta que el día en que cumplió 13 años, luego de un pequeño homenaje, nuevamente la abrazó más fuerte que lo habitual.

Carlos Frank Kublik Silguero
Luego comenzaron los besos de saludos cerca de la boca, durante las actividades juveniles realizadas en el local religioso.
Hasta que un día, durante una colonia de vacaciones, cuando la víctima se acercó a su líder espiritual a pedirle botiquín para una úlcera bucal, este aprovechó que no estaba nadie más en la cocina de la iglesia para abrazarla y meterle en la boca un medicamento, en forma lasciva, según la víctima.
Luego, la soltó, pero con un gesto le indicó que se callara.
La afectada relató que quedó sorprendida, avergonzada y confundida, pero no compartió el hecho con sus padres, por miedo a que no le creyeran y sufriera maltratos.
Luego consumó un abuso más lacerante, durante una colonia de vacaciones, según la acusación contra el pastor.
“Estaba totalmente destruida, no sabía qué hacer, no tuve ninguna sola respuesta de mi cuerpo, no me sentía en mí, que quedé tiesa con la cabeza baja todo el tiempo, congelada de miedo, aterrada sin reacción, no recuerdo en qué momento paró”, refiere el escrito de denuncia.
Tras este último episodio ya no quiso volver a la Iglesia, pero tuvo que seguir yendo porque sus padres la llamaron de rebelde y ella tenía miedo a contar las cosas, por temor a que no le creyeran su versión.
A la fecha, ni las consultas con psicólogos ni psiquiatras pudieron mejorar su estado, por la secuela psicológica que arrastra, por lo que resolvió denunciar el caso.
Los datos fueron corroborados por psicólogas del Centro de Atención a Víctimas.












