Los 7 concejales rastreros del intendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto Vallejos, dieron un grotesco show para defender los esquemas de robos en la comuna esteña. Sin ningún argumento jurídico serio los mismos decidieron declarar ilegal, el pedido de intervención de la gestión de Prieto. Ninguno de ellos presentó un solo documento para rebatir una sola denuncia de corrupción contra la administración municipal. La sesión que fue ilegal, se convirtió en un palco para que los ediles hagan galas a su servilismo al jefe comunal que es sinónimo de corrupto.
Los concejales se convirtieron en viles hurreros, encabezados por el procesado Sebastián Martínez, para defender a Prieto, y se olvidaron que ellos son contralores. Fue un espectáculo grotesco, donde los ediles trataron de justificar lo injustificable y defender lo que no pueden defender que es el descarado robo en la comuna y del cual ellos son cómplices y encubridores.
La rastrera y chatarrera, Alison Anisimoff, se quejó porque en la Cámara de Diputados les harán probar su propia medicina. La edil dijo que los colorados harán valer su mayoría y por eso van a aprobar la intervención. Como ellos ignoran el clamor popular y aprueban los negociados de Prieto y le aprueban sin ver sus rendiciones de cuenta plagados de irregularidades.
PARA EL FACEBOOK: REVELAN QUE SON COMPLICES NO CONTRALORES
El rastrero, Víctor “viatico” Torales, comenzó a llamar a la Eudosia, ña Juana, ña María, y varias otras ña, para preguntarle si se les construyó sus empedrados por que la Contraloría dice que no se hizo. O es un burro o es un hurrero que debió justificarse ante su “jefe” y lo hizo de muy mala manera. La Contraloría no dice que no se hizo. Cuestiona que están sobrefacturadas, que son los funcionarios municipales quienes manejan la plata, que usan a empresas de negociados como MB Construcciones, San Francisco Emprendimientos, Elian Construcciones, Megga Imp. Exp., para chuparse la plata del pueblo.
El rastrero Oscar “café” González, mostro que sigue perdido y dijo cosas sin sentidos. Pero fue claro al dar a entender que es un servil de Prieto.
La rastrera y pareja de Prieto, Valeria Romero, se quejo de la prensa, no le gusta la libertad de prensa de expresión y dice que pese a todo Prieto va ser presidente.
El rastrero, recaudador y cuñado, Pedro Acuña, dice que la gestión de Prieto es la mejor del país, pero no hijo una sola palabra para demostrar que su cuñadito es inocente.
Pero el más despistado fue el rastrero, Sebastián Martínez, con dos imputaciones por robo en pandemia, dijo que la Contraloría no puede pedir la intervención de una administración municipal, por que solo ellos pueden hacerlo y que si hay motivos ellos mismos solicitarían la intervención. La Constitución Nacional dice también que nadie está obligado a declarar en su contra.
Para completar el grotesco show, Martínez dijo que pondría a votación la aprobación del a nota que declara ilegal el pedido de intervención contra su “jefe”. Pregunto los que están a favor, cuando solo ellos estaban. Los siete concejales rastreros.