El virtual candidato colorado a la intendencia de Ciudad del Este, el cuestionado exgobernador de Alto Paraná, Roberto González Vaesken, en un mitin con seccionaleros, prometió 1.500 puestos para ellos. Aunque no lo dijo, donde está claro que va a ser en la comuna, porque no va a emplear a todo eso en su Universidad Privada del Este (UPE). Esto es patear contra su propio arco, lo que beneficia directamente al equipo político de Miguel Prieto, a quien siempre tuvo como su socio político, inclusive defendiéndole.
Mientras sigue el rechazo hacia la figura de Roberto González Vaesken para ser intendente, el mismo, antes que avanzar y buscar conquistar primero al electorado republicano y luego al de todos los ciudadanos, hace todo lo contrario.
Lo que está haciendo el exgobernador es lo que se puede decir en la jerga popular de patear en contra de su arco. Cayó mal en los ciudadanos el anuncio de crear 1.500 puestos solamente para seccionaleros.

Roberto González Vaesken y Miguel Prieto
Es bien sabido que González Vaesken siempre se mostró como un admirador de Prieto y nunca le escondió eso. Su hijo, Federico González, quien es concejal, nunca abrió la boca para decir algo contra Prieto.
Durante el encuentro con un grupo de seccionaleros, González Vaesken prometió la creación de más de 1.500 puestos de trabajo, destinados exclusivamente a seccionaleros colorados, lo que desató una ola de críticas de diversos sectores de la ciudadanía.
La propuesta, que muchos consideran una muestra clara de clientelismo político, dejó mal parado al virtual candidato colorado a la intendencia ante la población en general y un retroceso hacia las prácticas más cuestionadas de la vieja política, en especial a la actual gestión del Clan Prieto en la comuna esteña.
Fuentes cercanas al entorno político local revelan que ya se maneja una lista con nombres de presuntos futuros «planilleros» que serían incorporados a la Municipalidad si González Vaesken logra el triunfo en las próximas elecciones. Esta situación ha generado fuertes críticas por parte de ciudadanos, organizaciones civiles y precandidatos de la oposición, quienes exigen transparencia, igualdad de oportunidades y el fin de las prácticas que comprometen la institucionalidad democrática.
Con el escenario electoral aún en desarrollo, esta controversia podría marcar un punto de inflexión en la campaña colorada, donde el discurso de inclusión ciudadana choca de frente con las promesas de cargos selectivos. La ciudadanía observa con atención, a la espera de una política más equitativa y menos marcada por intereses sectarios.