En diciembre de 1974 se realizó una operación en forma coordinada entre militares brasileños y paraguayos. Era la primera vez que actúan así para reprimir a los opositores a los regímenes dictatoriales que se instalaron en casi todos los países de la región. El éxito de la misma dio luego lugar a la que luego se conocería como OPERACIÓN CONDOR que fue se desencadeno para combatir a los que se oponían a los gobiernos militares.
Abajo una transcripción de uno de los materiales que se publicó en el Brasil sobre lo que ocurrió en aquella noche y que involucró a paraguayos.
Era el año era 1974. Tiempo de transición en el régimen militar brasileño de Emilio Garrastazu Médici (69-73) para Ernesto Geisel (74-79). En Paraguay, se festejaba el acuerdo para la construcción de la Binacional de Itaipú, el general Alfredo Stroessner aumentaba sus poderes de jefe supremo de la Nación.
En el mes de noviembre de 1974, una «célula» subversiva fue descubierta por el servicio de inteligencia paraguayo en Asunción. Se encontraron documentos que comprobaban, de acuerdo con el gobierno paraguayo, un plan para matar a Stroessner.
El día 25 de noviembre de 1974, fueron arrestados los activistas Carlos Mancuello, Amílcar Oviedo y los hermanos Benjamín Ramírez Villalba y Rodolfo Ramírez Villalba. Los cuatro serían ejecutados el 21 de septiembre de 1976 por el jefe del Servicio de Investigación, Pastor Coronel.
El Servicio de Investigación de Paraguay, de acuerdo con documentos obtenidos por la Agencia Folha, acusaba a los cuatro de formar parte de un plan para ejecutar Stroessner. Los financiadores serían empresarios paraguayos radicados en Foz do Yguazu.
Los empresarios: Rodolfo Mongelos, Alejandro Stumpfs y Aníbal Abbate Soley, todos integrantesdel Mopoco (Movimiento Popular Colorado) en el exilio. El eslabón entre los empresarios del Mopoco y los activistas presos era el argentino, hijo de paraguayos, César Cabral.
Cabral había militado en el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), en Argentina, y en el MR-8 brasileño. Actuando en el MR-8, fue arrestado el 12 de julio de 1969 en Río de Janeiro, al intentar contactar «un punto» en la avenida Atlántica.
Él había sido el contacto que permitió al empresario Alejandro Stumpfs contratar a Villalba, preso en Asunción, como funcionario. Cabral era gerente de la empresa exportadora de Stumpfs.
El documento, al citar a Cabral, cambia su nombre por el del padre, Pedro, que participó en la guerra civil paraguaya de 1947 contra el grupo que colocó a Stroessner en el poder.
El 1 de diciembre de 1974, a pedido del general Stroessner, el Ejército brasileño arresta a Cabral, Soley, Stumpfs y Mongelos en Foz do Yguazu
El comandante de la operación era un cierto Luquin, luego identificado por los cuatro presos como Sebastián Curió. El mismo coronel Curió, que sería elegido diputado federal y se convertiría en el nombre de ciudad (Curionópolis) en Brasil.
Después de gran presión internacional -el papa Pablo Sexto y el presidente venezolano Carlos Andrés Pérez, entre otros, condenaron al gobierno brasileño por las cárceles- ellos fueron liberados. La condición fue que los presos, liberados el 23 de diciembre, no volvieran a Foz (frontera como Paraguay) en un plazo de dos años. En ese período, la libertad fue condicional.
El secuestro de los tres paraguayos y del argentino, exiliados en Foz do Yguazu, fue una operación militar que exigió un largo tiempo de preparación, muchos recursos humanos y materiales y un gran esfuerzo de coordinación. Fue estrictamente sigilosa y ejecutada por un grupo especial comandado por el coronel Sebastián Curió, que se desplazó de la ciudad de Brasilia, para raptar a los exiliados y llevarlos a una unidad militar ubicada en Formosa, interior del estado de Goiás.
Los cuatros secuestrados descubrieron que eran víctimas de una alianza entre las dictaduras de Brasil y Paraguay. Que fueron secuestrados en medio de la noche, en sus hogares y frente a sus esposas e hijos, en nombre de las buenas relaciones entre los dos regímenes dictatoriales y del buen andamiento de las obras y del acuerdo para la construcción de la usina de Itaipú. Eran víctimas de la binacional represión y del terror.
El secuestro de los exiliados en Foz do Yguaçu fue un ensayo de lo que vendría a ser la Operación Cóndor, creada meses después por las dictaduras de Brasil, Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay, con el objetivo de coordinar la represión a opositores y eliminar a sus opositores.