Brooklyn o BKLYN, la discoteca clandestina que se presenta con la facha de restaurante o bar, está anunciando el cierre de la avenida Campo Vía para su farra en la noche del jueves 4 y madrugada del viernes 5. Dicen que es para el partido, pero todo allí comienza a las 22:00 cuando el partido de la albirroja ya esté terminado. Este abuso que cometen los dueños de este establecimiento, Santiago Julián Ortiz Blasser y su esposa Paloma Méreles, hija de Lucas Méreles, quien comandó un megaesquema de lavado de dinero en la frontera, lo hacen con la autorización de la intendente interina, la “indigente” María Portillo.
Con la protección política del ahora destituido, por corrupto, Miguel Prieto Vallejos del cargo de intendente, los impresentables dueños de Brooklyn o BKLYN siempre cometieron este tipo de abuso contra la ciudadanía. Cierran calles, generan polución sonora, crean zozobra en el vecindario.
Con María Portillo, la intendente interina, que estará en el cargo por menos de 80 días, sigue todo igual.
Funcionarios de la Policía Municipal de Tránsito, ahora a cargo de César Aranda, pero con los mismos vicios de corrupción, fueron ya a poner los obstáculos que impedirán al pueblo transitar por la avenida Campo Vía para que una discoteca vinculada a un esquema de lavado de dinero pueda organizar su farra para un limitado grupo de ricachones.
“Esto no es gratis”, dijo indignado un vecino al ver cómo ya estarán pisteando los derechos de los ciudadanos ahora con la bendición de la intendenta interina Portillo.
Sin duda es una muestra de cómo se cometen abusos ante la impunidad que tienen.
Mientras se comete estos abusos contra los derechos de los ciudadanos, en otro ámbito corren cheques de diferentes bancos por sumas siderales que aún están siendo investigados y que llevan la firma de Santiago Julián, a quien corresponden estos cheques. Una buena pregunta que debería responder el afectado.