Los ministros de Minas y Energía y de RR.EE. del Brasil, comunicaron oficialmente al Paraguay la postura del gobierno del presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, sobre la tarifa de Itaipú, y es la de no aceptar el aumento. El mandatario brasileño mando a decir a su colega guaraní que no aceptan el aumento del 24% que afectará a los consumidores del país vecino. Lo único que podría discutir es mantener la tarifa actual, pero no subir.
La postura brasileña ya fue informada por los dos secretarios de Estados del Brasil a la delegación paraguaya, que no se menciono quienes lo integraban. La reunión fue en la usina de Itaipú en la tarde del pasado lunes.
Tras la reunión bilateral se informo que en la misma el presidente Lula dijo a Paraguay que no pagará el aumento exigido por nuestro país por la tarifa de Itaipú. Brasil paga actualmente US$ 16,71 por kilovatio y el gobierno paraguayo quiere aumentarlo a US$ 20,75 KW, un ajuste del 24%.
La negativa de Brasil fue comunicado oficialmente este lunes (06), cuando los ministros Alexandre Silveira (Minas y Energía) y Mauro Vieira (Relaciones Exteriores) se reunieron en la sede de Itaipú, en Foz de Yguazú, con representantes de Paraguay.
La propuesta del gobierno brasileño fue reducir el precio, ya que la deuda por la construcción de la hidroeléctrica se pagó todo en 2023. En la planificación realizada por el Ministerio de Minas y Energía, el monto que Brasil debería pagar era de US$ 14,77 por kW.
Sin embargo, el presidente de Paraguay, Santiago Peña, se ha mostrado irreductible. Así, Brasil ya propuso mantener el precio arancelario actual, pero no acepta pagar el aumento requerido. El gobierno brasileño quiere evitar un aumento en las facturas de energía, si acepta el ajuste.
Con el acuerdo establecido en el Anexo C, documento firmado por ambos países en 1973, la energía producida por Itaipú debe dividirse mitad y mitad (50% para cada una). Sin embargo, Paraguay utiliza sólo el 17% de su participación y vende el resto a Brasil. Hasta 2023, el acuerdo preveía que el país pagaría únicamente el precio de costo.
Con el fin de la deuda de construcción, el acuerdo permite a Paraguay negociar en menor medida el valor, como ya ocurrió el año pasado. Hasta el momento, sólo Brasil puede comprar el excedente de energía producida por la hidroeléctrica, y que pertenece al Paraguay. Pero Peña ya demostró que puede cambiar el acuerdo para venderle al país que más pague.
Sin consenso, Paraguay se negó a firmar el documento responsable de permitir que la Binacional opere provisionalmente mientras las partes negocian. Ante el impedimento, el presupuesto de la estatal binacional terminó bloqueado y tanto Brasil como Paraguay se quedaron sin poder pagar a sus proveedores e incluso a sus empleados.