El intendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto, contrato a 23 operadores políticos como si fueran personal de salud. Esto lo hizo en plena emergencia sanitaria por el Covid19. Esto descubrieron los auditores de la Contraloría General de la República. Es una clara malversación de fondos públicos penado como lesión de confianza. Los fiscales del órgano contralor detectaron un grave daño a la comuna esteña por el mal manejo de la administración municipal por parte del Clan Prieto.
El informe final sobre la Fiscalización Especial Inmediata (FEI) realizada por la Contraloría a la gestión de Prieto arrojo como resultado un cumulo de irregularidades. Existió un grave daño al patrimonio de la institución municipal de acuerdo a los documentos.
El documento del organismo contralor constituye una evidencia para el Ministerio Público, que tiene suficiente elemento para imputar al jefe comunal esteño.
Pero además de la imputación, se debe ordenar la detención de Prieto debido a que el mismo por todos los medios trato de obstaculizar el trabajo de los auditores de la Contraloría, y esto quedó plasmado en el informe final del FEI.
Todo indica que el jefe comunal está buscando “borrar” las evidencias sobre los hechos de corrupción en su gestión.
Uno de los puntos ilegales detectado por los auditores es la contratación de operadores políticos del intendente de CDE, como personal de salud.
Para justificar la contratación de sus hurreros el jefe comunal dijo que eran personal de salud, que se suponía debía estar ayudando a enfrentar la situación de emergencia por la pandemia.
Pero no fue así. Los 23 contratados como personal de salud, supuestamente estuvieron realizando actividades administrativas.
Existe una malversación de fondos públicos que está penado como lesión de confianza y es castigado con hasta 10 años de cárcel.
Las otras ilegalidades se refieren a las compras irregular de kits de alimentos. Prieto no pudo justificar que hizo con más de 17 mil kits de alimentos, de los 24 mil comprados. Una de las compras por 500 mil dólares lo hizo a una despensa barrial “Tía Chela”.
La otra se refiere a las transferencias a comisiones barriales, pero el dinero era manejado por el propio Can Prieto en la comuna.