En el marco de la XVI Muestra Nacional de Epidemiología, Edgar Tullo, director general de Información Estratégica en Salud, tomó la palabra para compartir un hallazgo que, lejos de ser una simple estadística, dibuja el porvenir demográfico del Paraguay. Con la serenidad de quien conoce la magnitud de lo que expone, presentó un análisis que revela un proceso silencioso pero imparable, que es el envejecimiento acelerado de la población.
Tullo relató que el país ya viene sintiendo los efectos de cambios profundos. La natalidad desciende de manera constante, la esperanza de vida continúa en ascenso y los resultados del Censo 2022 confirman esta transformación. Allí se registraron 523.660 personas de 65 años o más, una cifra que marca el ritmo de esta transición que avanza año tras año.
Durante su presentación, mostró cómo estas tendencias se proyectan hacia el futuro. Este año 2025, Paraguay contaría con unas 549.920 personas mayores de 65 años. Diez años después, en 2035, esa cifra aumentará a 771.899, lo que representa un salto del 40 %. Y para el 2050, el país podría tener más de 1,1 millones de personas de ese grupo etario, un crecimiento que transforma la estructura poblacional y que desafía a las instituciones públicas.
Estos números, sin embargo, no quedaron expuestos como una simple predicción. Tullo hizo hincapié en lo que significan para el sistema de salud y la organización social del país. Con una población más longeva, la demanda de servicios especializados, atención geriátrica y cuidados prolongados crecerá como nunca antes. Las enfermedades crónicas y los grados de dependencia serán más frecuentes, y las políticas públicas deberán ajustarse para proteger a quienes están envejeciendo. El país, señaló, tendrá que revisar su infraestructura, fortalecer su capital humano y planificar servicios basados en evidencia si quiere estar preparado para los años que vienen.
Tullo recordó que el Ministerio de Salud, el Ministerio de Desarrollo Social, el Instituto Nacional de Estadística y otras instituciones ya han conformado una mesa de trabajo. Su propósito es analizar a fondo la situación actual y las proyecciones demográficas, y delinear acciones que permitan al país acompañar este proceso de envejecimiento con responsabilidad y humanidad.












