Todo indica que los dos principales intendentables de Ciudad del Este, Dani Mujica, del movimiento CDE25, y el colorado-cartista, Roberto González Vaesken, tienen un pacto de no agresión. Ambos no se refieren a sus adversarios ocasionales en esta contienda electoral. Es bien sabido el vínculo político que hay entre el exgobernador, cuya gestión fue muy cuestionada, y el exintendente, Miguel Prieto Vallejos, destituido por corrupto. Mujica fue designado por Prieto para ser candidato.
Basta escuchar los discursos que realiza Mujica. No menciona para nada a González Vaesken, no dice nada contra él, pese a que si quiere tiene mucho que criticar debido a la desastrosa gestión del exgobernador. Fueron muy raras las veces que someramente el candidato del movimiento CDE25 se refirió a su adversario político ocasional.
Mujica sigue el libreto de su “patrón” Prieto, quien no dice una sola palabra mala contra González Vaesken, con quien tiene un estrecho vínculo político. Cuando era gobernador el ahora candidato colorado-cartista, abiertamente defendió a Prieto.
González Vaesken apoyó a Prieto en su campaña por la intervención de la gestión de la colorada, Sandra McLeod, y luego para la destitución también apoyó.
El hijo del exgobernador, Federico González, es un rastrero más de Prieto en la Junta Municipal. Fede nunca dijo una sola palabra contra la administración de Prieto, ni contra su asesor planillero, Dani Mujica.
González Vaesken tampoco dice nada contra Mujica. Muy pocas veces lo menciona; más menciona a su socio político, Prieto.
Ninguno de los dos admitirá esta situación, pero basta con leer las redes sociales y escuchar lo que dicen ambos aspirantes a la intendencia para darse cuenta de que hay un pacto de no agresión.
Pero tampoco debaten sobre planes. Esto porque los dos tienen otros objetivos. Esta elección hará que el que gane esté solo 5 meses en el cargo, tiempo que no da para hacer nada en una administración municipal en bancarrota financieramente.