En noviembre de 2024, Miguel Prieto Vallejos y su pareja, la concejal rastrera Valeria Romero, y su candidato a intendente, el socialista Dani Mujica, fueron a la República Popular de China. Fueron a buscar dinero del Gobierno chino para la campaña a la presidencia de Prieto. Pero recibieron como respuesta un rotundo no. Esto debido a que sus “padrinos” eran empresarios con frondosos antecedentes por estafa y otros negocios ilegales. Ellos son Lisa Jiang Juying, más conocida como “Mamá Lisa”, la dueña del grupo Qin Yi América S.A., que integra Hoahi S.A. y Kamamya S.A. Esta última es la que vendió los pupitres chinos a la Itaipú; y Shi Dizai, quien es socio comercial de los Jiang, y maneja una red de negocios sucios en la frontera que va desde juegos clandestinos, contrabando, hasta lavado de dinero. La relación de soborno y otros negocios sucios de Prieto y los chinos rojos fue destaque en material de la cadena catarí Al Jazeera. AHORA CDE ya lo venía denunciando desde el año pasado.

Miguel Prieto y Shi Dizi o Dizai
Prieto, el socialista Dani Mujica, sus concejales rastreros, junto a Lisa Jiang Juying, más conocida como “Mamá Lisa”, su socio comercial Shi Dizai y otros chinos rojos del Brasil y la Argentina fundaron en una ceremonia realizada en el Paraná Country Club de Hernandarias la denominada Asociación de Intercambio Amistoso China-Paraguay. Esto fue en agosto de 2024.
En la comisión directiva de esta asociación pusieron a funcionarios municipales de confianza de Prieto y algunos chinos rojos de Ciudad del Este.
Pero todo era manejado por Prieto, Mujica, Mamá Lisa y Shi Dizai.
En noviembre de 2024, Prieto y un grupo de funcionarios, incluyendo a su pareja, la concejal rastrera Valeria Romero, Dani Mujica, Alfredo Ramírez, entre otros, fueron a China Popular a buscar dinero para financiar su campaña a la presidencia de la República.
La oferta de Prieto era sencilla. Si con el apoyo financiero de China llegaba a la presidencia de la República, él rompería relaciones con Taiwán y mantendría relaciones diplomáticas con China Continental.

Miguel Prieto y Lisa Jiang Juying, más conocida como «Mamá Lisa»
Este viaje para venderse a los chinos fue apadrinado por Mamá Lisa y Shi Dizai, dos personajes con oscuros antecedentes.
El Gobierno chino decidió no comprarlos.
Buscaron el financiamiento junto a otros empresarios chinos ofreciéndoles beneficios impositivos si Prieto accedía a la presidencia, pero los antecedentes nefastos tanto de Mamá Lisa como de Shi Dazai le cerraron todas las puertas.
Lo único que consiguieron es una sociedad comercial para instalar una planta fabril en la zona de Yguazú, Alto Paraná.
El nombre de Shi Dizai, o Shi Dizi, como escribieron los periodistas de la cadena de TV catarí Al Jazeera, sobresale en el material que tuvo mucho eco internacional.
Aunque no se menciona a los Jiang. Se describe el mundo de sobornos de los chinos rojos para lograr conquistar a Paraguay, relacionado con Taiwán.
Pero la investigación periodística no profundizó todas las relaciones de Prieto con los chinos rojos, que nosotros iremos contándote.

Shi Dizi o Dizai y Miguel Prieto, junto a Valeria Romero
Pero, ¿quiénes son Shi Dizai y Lisa Jiang Juying? Te contamos.
Shi Dizai es un empresario que opera entre Paraguay y Brasil. Tiene varias actividades ilegales, como ser los juegos de azar online, instalados en Ciudad del Este, pero que son para el Brasil. Mineradoras clandestinas. Lavado de dinero. Es socio comercial de Lisa Jiang Juying. Tiene una minera con Juan Jiang, hijo de Lisa.
Este es el personaje principal del material de la cadena de televisión Al Jazeera.
Jiang Juying, más conocida como “Mamá Lisa”, la dueña del grupo Qin Yi América S.A., que integra Hoahi S.A. y Kamamya S.A. Esta es la misma empresa de los pupitres que se le vendió a la Itaipú. Quien apareció para hacer los negocios fue Long Jiang.
Abajo trascribimos los principales puntos de la publicación internacional que señala a Prieto como uno de los políticos corruptos de Paraguay sobornado por China Popular. Pero en realidad es sobornado por verdaderos grupos mafiosos que actúan en la frontera.
Una investigación de la cadena catarí Al Jazeera reveló un presunto esquema de coimas y presiones para obtener negocios en Paraguay y erosionar la relación con Taiwán. En el centro de la red se ubica un empresario de origen chino, Shi Dizi, quien dijo haberle pagado sobornos a Santiago Peña y Efraín Alegre en la campaña de 2023 y reconoció su cercanía con el ahora exintendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto.
Shi, que presidió la Cámara de Desarrollo y Asistencia Mutua Internacional Paraguay-China (CADAMI), fue grabado en cámara oculta durante sucesivos encuentros con informantes del programa «101 East» de Al Jazeera, donde se jactaba de trabajar bajo las órdenes de la embajada de China en Brasil y de su relación con «oficiales chinos». Incluso se vendió a sí mismo como intermediario de Beijing en la fallida compra de vacunas chinas durante la pandemia.
En conversaciones que creía confidenciales, o al menos privadas, el supuesto empresario —el medio catarí comenzó su investigación en 2022, pero Shi vivía en Ciudad del Este desde 2012— admitió que se escribía a diario con Prieto, quien buscaba apoyo económico para financiar su campaña a la presidencia en 2028. Shi se ufanaba de enviarle cinco botellas de vino al mes al entonces intendente esteño.
En otra parte del documental, Shi dijo que había pagado a Peña unos USD 8000 al mes y otros USD 3000 a Alegre, el por entonces principal candidato de la oposición. Tanto el presidente como el dirigente liberal negaron haber recibido aportes del «mediador» chino o ligados a la República Popular, ya que Shi habló también de «sponsors privados».
Shi admitió que se escribía a diario con Prieto, quien buscaba apoyo económico para financiar su campaña a la presidencia en 2028. Shi se ufanaba de enviarle cinco botellas de vino al mes al entonces intendente esteño.
Según se desprende del reportaje, Shi parece tener más el perfil de un criminal que de un empresario, ávido por cerrar negocios de dudosa legalidad junto a su socio Lin Fan, que también aparece en el documental de «101 East» y que se presentaba como miembro del Ministerio de Seguridad del Estado de China.

Alfredo Ramírez, el socialista, Dani Mujica, un chino, Miguel Prieto y Valeria Romero, en China Popular. Noviembre de 2024.
China se despegó de las declaraciones de Shi, quien presumía de pagar coimas a la Dirección Nacional de Migraciones para que dejaran entrar al país a ciudadanos chinos e incluso para acceder a pasaportes en los que se suplantaba la identidad de personas procedentes de distintos puntos de Asia, como Corea del Sur, Japón o Taiwán.
«Este país es nuestro», ironizaba Shi, que en otro tramo de la investigación se refirió a un soborno DE USD 1,5 millones destinado al vicepresidente Pedro Alliana y «cinco senadores». Shi, Lin y otros dos socios, Joe Rong, dueño de Meta Luban, una empresa dedicada a la minería de criptomonedas, y Yang Li Yi, conocida también como Cristina Yang, una ciudadana taiwanesa criada en Paraguay y vinculada al esquema de casinos clandestinos «on line» en Ciudad del Este, querían montar una subestación de energía para aprovechar el potencial energético de Itaipú.
Para ello, el grupo buscaba adquirir unas hectáreas cerca de Asunción que pertenecían a Humberto Domínguez Stroessner, nieto del exdictador Alfredo Stroessner. Shi y Lin ya regenteaban una granja ilegal de cripto en la capital de Alto Paraná, que funcionaba a través del robo de energía, pero la idea de ambos era montar un «centro de estafas» como los que florecen en el Sudeste Asiático. Esos centros reclutan gente que es mantenida bajo condiciones de esclavitud y coacción para estafar a otras personas en internet.
Para ello, el grupo buscaba adquirir unas hectáreas cerca de Asunción que pertenecían a Humberto Domínguez Stroessner, nieto del exdictador Alfredo Stroessner. Shi y Lin ya regenteaban una granja ilegal de cripto en la capital de Alto Paraná, que funcionaba a través del robo de energía, pero la idea de ambos era montar un «centro de estafas» como los que florecen en el Sudeste Asiático. Esos centros reclutan gente que es mantenida bajo condiciones de esclavitud y coacción para estafar a otras personas en internet.