El exintendente Miguel Prieto Vallejos está acumulando derrotas, y su soberbia lo está hundiendo. Acostumbrado a que él elija todo “a dedo”, lo quiso hacer con la designación de su pareja, la concejal rastrera Valeria Romero, como intendenta interina. Fracasó. La concejal rastrera liberal, María Portillo, le dijo no. María quiere ser intendente interino. La liberal fue tajante: si no lo designan, ella se aparta del bloque oficialista. Es por esto que no hicieron el anuncio de quién será el intendente interino, pese a que lo prometieron para ayer miércoles 20.

Valeria Romero, concejal rastrera
La definición de quién ocupará la Intendencia de Ciudad del Este hasta diciembre, tras la destitución de Miguel Prieto, se encuentra trabada en la Junta Municipal.
Según fuentes políticas, la concejal rastrera María Portillo (PLRA) planteó que sea ella la designada, alegando sus ocho años de lealtad al equipo oficialista.
La normativa establece que, en principio, la sucesión corresponde al presidente de la Junta, Sebastián Martínez. Sin embargo, el bloque de Yo Creo (Clan Prieto) buscaba mocionar a la edil Valeria Romero, opción que fue impulsada por el propio Prieto.
Ese escenario quedó prácticamente descartado. Portillo anunció que no participará de la sesión si no se respeta su pedido, y a esto se suma que los concejales colorados tampoco darán quórum. En consecuencia, la designación de Romero resulta inviable.
En el caso hipotético de que Romero llegara a ser electa, su banca sería ocupada por el suplente Rigoberto Chamorro, hoy en la ANR. Si Portillo se aparta del bloque prietista, el oficialismo quedaría en inferioridad numérica, con 7 votos en contra frente a 5, lo que complicaría aún más la gobernabilidad.
De momento, la definición permanece en suspenso y el desenlace dependerá de la postura final de Portillo, quien incluso podría llegar a un acuerdo con los colorados, de acuerdo con versiones políticas.