No debe extrañar a nadie que el intendente, separado del cargo por corrupción, Miguel Prieto Vallejos, muestre su lado de mafioso. Lo que sorprende es que recién ahora el interventor, Ramón Ramírez, se da cuenta de esto pese a las advertencias. Prieto mandó poner un micrófono en el despacho del interventor, mandó apagar todas las cámaras de seguridad, sobornó a policías, mandó invadir el despacho del interventor para sacar los micrófonos, hizo seguir y vigilar permanentemente a Ramírez. Después ordeno que sus fanáticos generen violencia en el edificio de la Intendencia Municipal. Y los de Asunción le tenían como un buenito.
Solo a modo de recordar los antecedentes del Prieto mafioso. Su primo fue detenido por la Senad a pedido de la Policía Federal del Brasil, porque estaba enviando armas para el temible Comando Vermelho (CV). Y el esquema era operado desde la sede de la Intendencia Municipal, donde, si el primo de Prieto fungía de fiscal, pero otro era su negocio.
Su director de informática fue detenido por la SENAD, acusado de ser parte de un esquema de tráfico internacional de cocaína vía courrier.
Prieto es sindicado de haber recibido supuestamente dinero de quienes blanqueaban dinero del narcotráfico en la investigación de “A Ultranza Py”. Habilito varias estaciones de servicio para el esquema.
Está vinculado al megalavador de dineros Lucas Méreles, de Yrendague Cambios. Prieto usaba el avión del mismo para sus viajes.
Supuestamente tiene negocios con los dueños de Daruma Sam (Aposta.La). Es Distrito Cervecero. Esto solo por mencionar algunos casos de vínculos.
Sin duda, lo que está saliendo a la luz confirma el lado mafioso de Prieto y cómo él actúa. Su hurrero Dudu Davalos, claramente dijo que ellos no fueron a la Intendencia reclamar sus salarios, sino buscando echar a la fuerza al interventor.
Se vino denunciando que la Policía actuaba con mucha pasividad y ahora comenzaron a ser destituidos y detenidos, precisamente porque quedó al descubierto que estaban facilitando la actuación de Prieto y sus lacayos, y todo indica que hay soborno de por medio.
“Primero hay que mirar lo que hay detrás; es una jugada de mafiosos, violentaron una institución pública, una institución municipal, no les importó destrozar la intendencia; evidentemente eran gente comprometida con el oficialismo municipal”, así afirmó el interventor de la Municipalidad de Ciudad del Este, Ramón Isidro Ramírez, tras las denuncias de atropello, robo de equipos informáticos e incluso la instalación de micrófonos en la sede municipal.
Señaló que se suman varias situaciones en este proceso de intervención a la administración de Miguel Prieto, como el atropello, la instalación de micrófonos, incluso amenazas contra su persona.
“Este hecho ahora, el amedrentamiento con el acta notarial, yo tengo amenazas, yo muchas cosas no publiqué tratando de blindar técnicamente y que la discusión no vaya por otro lado; yo recibí amenaza de muerte en mi teléfono, que puse a conocimiento de la Fiscalía”, contó Ramírez.
Mientras tanto, aseguró que, a sabiendas de la delicadeza y las consecuencias del proceso de fiscalización, se realizó un trabajo detallado y técnico, lo que fue presentado en el informe final, al que calificó como irrefutable.
“El trabajo técnico tuvo presiones de ambos lados, pero garantizo que el resultado fue técnico; en eso, este interventor y este equipo, estamos muy seguros que el dictamen está a toda prueba. Esta situación tiene muchas connotaciones de índole política, en todo momento, siempre la intervención trató de blindarse de ese tema; las presiones venían de ambos lados, nosotros sabíamos y estábamos preparados”, mencionó.