Una foto posteada en las redes sociales es la imagen clara de cómo está la “concordia” colorada en Ciudad del Este. Y es la imagen que favorece a los de Yo Creo (Clan Prieto). En la misma se le ve a Roberto González Vaesken, precandidato impuesto a la intendencia de Ciudad del Este, por Honor Colorado; su hijo Federico González, concejal; Juan Marcel Pereira, presidente seccional 1. Los tres son afines a Miguel Prieto Vallejos. Completa la escena Jaime Méndez, quien es concejal, pero más preocupado por su zoquete en la Itaipú, y Ernesto Guerin, concejal, quien critica a Prieto, pero solo en las redes sociales. Nunca se fue a golpearle la mesa.
Es bien sabido que públicamente Roberto González Vaesken elogia a Prieto; inclusive había criticado a sus propios correligionarios por criticar a Piero. Esto se escuchó en audios filtrados.
Federico “Fede” González, concejal, hijo de Roberto, nunca abrió la boca para decir algo sobre la corrupción en la comuna esteña. Nunca dijo una palabra contra Prieto. Pero sí salía en las fotos abrazado a Prieto. Siempre estuvo muy vinculado al intendente separado de su cargo por corrupción.
Juan Marcel Pereira, el hijo del nefasto exconcejal y exdiputado stronista Juan Pereira, el mismo, también siempre se mostró allegado a Prieto; inclusive puso a disposición de Prieto el predio de la seccional colorada para su cuestionada Navidad sustentable, que fue una iniciativa para tragarse la plata pública.
Los colorados, en particular los de Honor Colorados, ¿pueden pensar que con estos personajes pueden ganar al equipo político de Prieto?
Hay una cuestión más entre Juan Marcel Pereira y Roberto González Vaesken. Es que durante el golpe de 2 y 3 de febrero de 1989, el capitán retirado Juan Bautista González Flores fue quien capturó y llevó preso a Juan Pereira, hombre fuerte del stronismo en la zona y padre de Juan Marcel.
Mientras González Vaesken solo se muestra con dirigentes, no sale a hablar con los dirigentes de base, con el pueblo, y por eso el rechazo hacia su designación crece entre los propios republicanos y, si se lleva esto a nivel de la ciudadanía en general, el rechazo es aún mayor.