El gobernador de Alto Paraná, César Landy Torres, y su esposa, Mirna Wolf; junto a la narcodiputada, Liz Acosta, realizan, sin asco, proselitismo con recursos estatales. Es clientelismo político. O sea, se ofrece algo para conseguir votos. En este caso, servicios varios, remedios y otros, pagando con recursos del pueblo. Esta es la más nefasta y miserable forma de hacer política. Y eso que el gobernador ya tiene el rótulo de corrupto con los negociados con la comida del programa “Hambre Cero”.
No hay duda de que la temporada de caza de votos ya está abierta, y el abuso con los recursos públicos lo acompaña.
Sin asco, el gobernador Landy Torres, cuya gestión tiene un enorme rótulo de corrupción, junto a su esposa, Mirna Wolf, realizan campaña política aprovechándose de los recursos del Estado paraguayo.
Es plata de todos los paraguayos.
Es clientelismo político. Ofrecer algo a cambio de favores, o sea, votos.
Landy Torres tiene a la diputada Liz Acosta como aspirante a la intendencia de Ciudad del Este. Aunque debe aún pasar por el filtro de las primeras partidarias.

Liz Acosta y Mirna Wolf en el centro.
La citada legisladora tiene antecedentes por tráfico internacional de drogas en Foz de Yguazú, Brasil, donde fue condenada, de acuerdo a los documentos que pueden ser vistos por cualquiera en internet.
La legisladora está en todas las jornadas oficiales del gobernador y es para aparecer y así imponer su figura política.
De acuerdo a los datos, Liz Acosta quiere ser precandidata por Honor Colorado, pero todo indica que el cartismo va a abrir la lista en Ciudad del Este, lo que terminará perjudicando al movimiento, de acuerdo a los propios dirigentes de base de la ANR.