En el marco de su 16º aniversario, la Reserva Natural Pikyry, gestionada por ITAIPU Binacional, sigue consolidándose como un refugio esencial para la biodiversidad en Paraguay. Alberto Carosini, biólogo y encargado de la reserva, destacó su importancia no solo a nivel ecológico, sino también como un espacio de investigación, conservación y educación ambiental.
Reconocida por Resolución del Directorio Ejecutivo, RDE Nº 186 del 9 de octubre del 2008, desde el 2017 forma parte del Sistema de Áreas Protegidas del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) de Paraguay. Con una superficie total de 2.866,81 hectáreas, que incluyen 1.172 hectáreas terrestres y 1.694 hectáreas de áreas acuáticas como el embalse de ITAIPU y el arroyo Pikyry, este espacio verde ha cumplido un rol fundamental en la preservación de uno de los últimos remanentes del Bosque Atlántico del Alto Paraná (BAAPA).
A pesar de su tamaño moderado, Pikyry alberga una riqueza natural invaluable. Entre las especies que habitan la reserva se encuentran mamíferos en peligro de extinción como el guasu mbororo y, durante las temporadas de migración, es posible observar aves emblemáticas como el pájaro campana. El sitio también cuenta con una gran diversidad de árboles nativos, muchos de ellos de gran valor económico y ecológico.
«La conectividad de Pikyry con otras reservas, como Tatí Yupí e Itabó, la convierte en un punto estratégico para la conservación de la fauna y flora de la región», comentó Carosini. Este corredor natural es esencial para mantener los ecosistemas y garantizar la supervivencia de diversas especies en el BAAPA.
Además de su labor de conservación, la Reserva Natural Pikyry desempeña un papel activo en la promoción de la educación ambiental. El profesional de la Entidad destacó que el lugar recibe visitas educativas de colegios y pequeños grupos, lo que permite a los visitantes conectarse con la naturaleza y aprender sobre la importancia de proteger estos espacios. Los atractivos incluyen senderos interpretativos y un salto de agua que desemboca en el embalse, ofreciendo una experiencia única para los amantes de la naturaleza.
A lo largo de los años, Pikyry ha logrado posicionarse como una de las principales áreas protegidas de la Entidad, contribuyendo a la conservación del BAAPA y promoviendo un enfoque integral de manejo de recursos naturales. Con su mirada puesta en el futuro, esta reserva natural continúa siendo un ejemplo de cómo la protección de la naturaleza puede ser un legado duradero para las generaciones venideras.