Especialistas brasileños afirman que el contrabando de cigarrillo, estrechamente vinculado al tráfico de marihuana, es una amenaza para la seguridad en la frontera entre Paraguay y Brasil. La zona fronteriza es muy permeable por la inacción de las autoridades paraguayas. Actualmente el negocio del cigarrillo es manejado por las facciones criminales brasileñas entre ellas el Primer Comando Capital (PCC).
Los puertos clandestinos que pululan a orillas del río Paraná y en el Lago de Itaipú, son las principales vías usadas por contrabandistas y traficantes para llevar cigarrillos y marihuana desde la costa paraguaya hacia el Brasil.
La Policía brasileña diariamente informa sobre procedimiento donde son incautados marihuana y cigarrillos. Siempre las cargas cruzaron la frontera a través de los dos mencionados cauces hídricos.
Las autoridades brasileñas buscan combatir el flagelo, pero no las autoridades paraguayas, entre ellas la Policía Nacional y los efectivos de la Marina, hacen la vista gorda ante la actividad ilegal, al igual que el Ministerio Público.
El presidente del Instituto Brasileño de Ética Competitiva (ETCO), Edson Vismona, dijo que el contrabando de cigarrillos es el financiador principal del crimen organizado en la frontera. La declaración se hizo durante el encuentro anual de la Alianza Latinoamericana Anticontrabando (ALAC). El encuentro, realizado en Brasilia, reúne a representantes de 15 países. Vismona afirmó que el contrabando de cigarrillos ofrece mucha liquidez al crimen organizado.
«Cada vez más debemos lidiar con el mercado ilegal relacionado con organizaciones criminales que contaminan nuestra frontera. El contrabando de cigarrillos representa el 37% del contrabando general y la mayoría de las veces es inmune. Vismona agregó que el crimen organizado financiado por el contrabando está invadiendo Paraguay y pone en riesgo la seguridad de toda la región.