La actual cúpula del Instituto de Previsión Social (IPS) realizó una arremetida para cobrar los arrendamientos en edificios de la previsional ubicados en la zona de Alto Paraná, donde estaban robando el dinero de los asegurados, dinero que hace falta para medicamentos, más equipos y para el sueldo de más profesionales médicos. Pero se «olvidaron» del principal de ellos. El edificio del Hotel y Casino Acaray, donde se paga una miseria por el arrendamiento, pero el inmueble deja colosales ganancias a quienes los manejan un grupo de empresarios extranjeros encabezado por Juan Norberto Rubio.
El caso del edificio del Casino Acaray sin duda es una burla a los asegurados del IPS. Es grosero cómo estuvieron modificando los documentos para ampliar ilegalmente los plazos de concesión y hasta bajar los costos del arrendamiento que inicialmente estaban en dólares y luego lo pasaron a guaraníes, disminuyendo considerablemente el monto.
De hecho, lo que se paga es una ofensa para los trabajadores. Está en 42 millones de guaraníes, cuando deberían estar abonando entre 15 y 20 mil dólares, de acuerdo a agentes inmobiliarios consultados.
La plata que están robando es la plata que falta para los medicamentos, para más equipos, para más médicos. Pero esa plata va a las garras de empresarios inescrupulosos, que en connivencia con directivos se están chupando.
Así como varias estaban modificando desde 2005 en forma ilegal los contratos de concesión, es hora de modificarlos y cobrar lo que corresponde por el valioso inmueble a los empresarios extranjeros encabezados por Juan Norberto Rubio.
Uno de los predios más valiosos con los que cuenta la previsional es el complejo Hotel y Casino Acaray, ubicado a metros del río Paraná, en Ciudad del Este, distrito de Alto Paraná. Esta estructura edilicia está siendo arrendada bajo la modalidad de concesión por la empresa Azar Internacional SA desde setiembre de 2005, cuando el entonces presidente del IPS, Pedro Ferreira, firmó un contrato de arrendamiento y explotación del complejo por un plazo de 10 años, con el representante de la firma, Julio César Duarte.
En ese entonces, el acuerdo estipulaba un periodo de gracia de 8 meses, con una inversión física de no menos de 466.850 dólares por parte de la empresa, y el canon de alquiler de 4.000 dólares mensuales desde el 8.o mes hasta el 12.o, y luego 6.000 dólares desde el mes 13 en adelante.
En 2012, el IPS consideró necesario rescindir el contrato y hacer otro nuevo bajo el argumento de que se unirían ciertas cláusulas. Fue así que, en julio de 2013, Raúl Mongelós Schneider (titular del IPS en la época de Federico Franco) firmó el tercer contrato de arrendamiento con Ernesto Antonio Sepane, en calidad de presidente de Azar Internacional SA.
El contrato anterior tenía prevista la renegociación del contrato a dos años del fenecimiento del mismo, pero esta resultó ser una clausula casi hasta decorativa, puesto que 13 años antes del vencimiento, IPS procedió a rescindir el contrato y a otorgar otra ampliación del plazo de concesión (ya que vencía en 2025 y se extendió hasta 2033), además se cedieron ciertas facultades a la empresa que no estaban previstas en el acuerdo original y a un monto mensual mucho menor.
En ese sentido, en el nuevo contrato se estableció como alquiler del predio perteneciente a los asegurados la suma de G. 32.400.000 de julio de 2013 a junio de 2015. De julio de 2015 a junio de 2025, la cifra total de G. 42.525.000. Y de julio de 2025 a junio del 2033, el monto de G. 54.675.000.
Lo llamativo del caso es que la empresa concesionaria pagaba en dólares al alquiler, pero con este último contrato, los montos se establecieron en guaraníes, siendo montos muy por debajo al cambio si se toma en cuenta lo estipulado en dólares anteriormente. De esta manera, de pagar 10.500 dólares en el contrato original y su adenda, la firma Azar Internacional SA recibió la benevolente caridad del IPS, «guaranizando» el monto mensual a pagar en concepto de alquiler y reduciendo el mismo de forma estrepitosa.
Esta movida resultó ser en detrimento de los intereses del IPS y sus asegurados, puesto que, en vez de recibir un monto mayor, el Consejo de Administración resolvió disminuir el costo del alquiler.
En estas fechas el IPS debería estar recibiendo la suma de G. 76 millones (al tomar el tipo de cambio actual) pero en contrapartida recibe solo G. 42 millones y medio, dejando de percibir 26 millones cada mes. El monto que recibe la previsional hasta resulta un chiste, teniendo en cuenta la fortuna que se gana con el casino que está ubicado en el mismo predio.