Milka Andrea Portillo, es una conocida influencer y comerciante de Ciudad del Este. Quien se pasa haciendo videos para las redes sociales, ahora fue filmada dando patadas en el rostro de una de sus hijas. Pero no es todo. En los videos que nos hicieron llegar se puede ver a la misma literalmente “torturando” psicológicamente a sus nenas, quienes son encerradas en una pieza a oscuras, y las mismas tienen miedo a la oscuridad y se echan a llorar, siendo ignoradas. Estas imágenes causan indignación en los ciudadanos, y los más extremistas piden cárcel para la misma.
VEAN EL VIDEO
Basta observar los comentarios para darse cuenta como es unánime la indignación con Milka Portillo, quien reside en la zona del km 5,500 de Ciudad del Este.
Las imágenes son de una cámara de seguridad, donde se le ve a la influencer dando patadas en el rostro de una de sus hijas. Se puede observar que la misma maltrata, y muchos a sus pequeñas.
Este maltrato al parecer estaba molestando a alguien quien decidió mostrar a la ciudadanía en lado violento de la influencer que sale en las redes sociales con un bello rostro y escultural cuerpo.
Tras la divulgación de las imágenes los más extremistas pedían cárcel para la misma, y no economizaron los adjetivos para calificar la actitud de la misma.
Hasta anoche la CODENI, de la comuna de Ciudad del Este; la Secretaria Nacional de la Niñez; ni el Ministerio Público adoptaron alguna medida sobre las imágenes donde claramente se ve los hechos de violencia con las dos nenas que son hijas de Portillo.
Milka Portillo es igualmente tiktokera. La misma realiza video para dicha red social china, realizando piropos a los hombres en la calle de Ciudad del Este.
Precisamente estos videos son lo que le hicieron más conocida a la misma, aunque ella también promociona marcas en la zona, de acuerdo a lo que se pudo saber.
Pero ahora quedo al desnudo su lado oscuro, que es la de violencia, una madre sin corazón y agresiva con sus hijas. Esto esta causando mucha indignación en la ciudadanía esteña que exige que intervengan los órganos de protección de los menores.