El proceso de compra de leche y galletitas por G. 55.410 millones (7,6 millones de dólares) que estaba realizando el gobernador, César Landy Torres, fue suspendido por Contrataciones Públicas. El motivo es que estaba totalmente direccionado. El órgano de control dispuso que todo el proceso vuelva a iniciarse. Sin duda por ahora al parecer se aborto el feroz negociado que se estaba realizando con el alimento de los niños pobres quienes van a las escuelas. Pero el gobernador ya fue a hablar con el presidente de la República, Santiago Peña, a quejarse de esta situación. Los grandes perjudicados con estos fatos son los niños.
Landy Torres, gobernador de Alto Paraná, estaba usando el mismo esquema corrupto que su antecesor para la compra de leche y galletitas. Pero esta vez la Dirección Nacional de Contrataciones Pública, (DNCP), lo pesco y suspendió el proceso.
Claramente el proceso estaba amañado. Estaba direccionado y eso quedo evidenciado con las exigencias que estaban en el Pliego de Bases y Condiciones (PBC).
Con esto, por ahora, se aborto el feroz negociado con el alimento de los niños pobres quienes van a las escuelas, que pretendían concretar el gobernador Landy Torres y sus secuaces.
Por ahora, por que el gobernador ya fue a quejarse con el presidente de la República, Santiago Peña sobre lo ocurrido.
Tanto el titular del Poder Ejecutivo como el gobernador, son cartistas.
La semana pasada el Jefe de Estado convoco a gobernador para hablar sobre programas sociales, y Landy no perdió la ocasión para quejarse por los sucedido con Contrataciones Pública, según se pudo saber con fuentes de la propia Gobernación de Alto Paraná.
Ante los cuestionamientos sobre el PBC, y que claramente el proceso estaba direccionado, los funcionarios de la Unidad Operativa de Contrataciones (UOC) de la Gobernación de Alto Paraná, no pudieron disipar las criticas y respondieron en forma absurda, de acuerdo a los documentos que están en el portal de Contrataciones.
Debido a este negociado que el gobernador Landy Torres pretende concretar son los niños, y por partida doble, los perjudicados. Por un lado, no van a recibir muy pronto la leche y el alimento sólido. Y por eso si se concreta el negociado recibirán productos de mala calidad y cantidad inferior, sin tener en cuenta la sobrefacturación.