El Brasil iniciará esta semana una ofensiva buscando que la tarifa de energía de la usina de Itaipú baje. El Paraguay se opone. En la Binacional las decisiones deben ser por consenso. Los brasileños dicen que se debe cumplir lo que establece el Anexo C, del Tratado, cuya revisión se debe realizar el año próximo. El Consejo de Administración de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) de Brasil habla inclusive de una tarifa provisional si no hay acuerdo en base a lo que dice el trato sobre la reducción de la deuda y sus intereses.
La tarifa de energía de Itaipú sigue sin definición para este año 2022. Este miércoles 23 de febrero de 2022, la comisión directiva de la Binacional deberá reunirse en busca de un acuerdo, donde Paraguay deberá solicitar el mantenimiento de los US$ 22,60 Kw/mes y Brasil la reducción a US$ 18,95 Kw/mes.
Brasil cuenta con la aplicación del Anexo C del Tratado de Itaipú, que establece la reducción de la tarifa mediante la amortización de la deuda, que este año bajará a 600 millones de dólares, y la revisión del tratado en 2023.
Aprovechando el componente de «gastos de explotación», Paraguay pretende utilizar el excedente de ingreso para invertir en infraestructura eléctrica, manteniendo la energía total correspondiente.
Del 50% de la energía que le corresponde a Paraguay, aproximadamente el 20% se queda en el país, mientras que el porcentaje restante es utilizado por Brasil mediante el pago de la transferencia de energía, por cesión de energía que puede llegar en un año 360 millones de dólares. En la próxima reunión del Consejo de Administración se pretende definir la tarifa que regirá este año.
En noviembre del año pasado, una delegación paraguaya encabezada por el presidente Mario Abdo, el director paraguayo de Itaipú Manuel María Cáceres y el canciller Euclides Acevedo, se reunió en Brasilia con el presidente Jair Bolsonaro. Pero no hubo nada.
El Consejo de Administración de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) de Brasil, confirmó la aplicación de una tarifa provisional, con la reducción apoyada en la caída del componente «deuda», sin considerar los gastos operativos como pretende Paraguay, como pretexto para mantener la tarifa en 22,60 dólares kilovatios mes.